RADARES AL SOL

Lampranthus Spectabile

Su nombre deriva de la palabra lampros (brillante) y anthos (flor). No hay nombre más apropiado, la cámara ha captado el brillo irisado de los pétalos de esta sencilla flor que da justicia a su nombre oficial. La simplicidad es es un derroche de belleza, geometría perfecta en la distribución de las formas. La naturaleza ha creado en ellas unos perfectos radares al sol.

Otro de sus nombres por el que se la conoce es Rayos de Sol. Las flores se abren solamente si el astro rey luce sin ningún atisbe de nube , en el momento que el cielo se nubla las flores se cierran.
Son plantas crasas y hay alrededor de 257 especies. En algunos lugares se las reconoce por el nombre de Mesen. La planta en si no es nada agraciada, tallos que se retuercen hasta convertirse en verdaderas marachas leñosas y hojitas alargadas y ligeramente regordetas. Como planta crasa que es resiste muy bien la falta de agua y son sus hojas las que se la proporciona en tiempos de sequía.
Si la queremos tener esplendida hay que buscarle un lugar muy soleado en estos días de primavera, se cubrirá de flores y se extenderá como larga cabellera de brillantes tonos al sol.
La espectacular floración de nuestra sencilla plantita es uno de los mejores reclamos que tiene el jardín para cualquier insecto que lo visite por miope que sea.
Cada tres o cuatro años hay que renovar la planta con su desgarbado aspecto envejece y la podemos perder para que eso no suceda hay que cortar 3 o 4 esquejes de los más sanos y menos lechosos y ponerlos en maceta nueva. Para obtener una espectacular floración siempre hay que agrupar varios esquejes en una sola maceta, de esta manera obtendremos un resultado tupido y frondoso.
Sus orígenes son africanos, pero se ha extendido por casi todo el mundo ya que es muy rústica y no exige demasiado del suelo. Por tanto en tierras duras y difíciles nuestra Uña de gato como también se la conoce no pondrá ningún reparo en florecer .
Las flores pueden durar unos siete días y es conveniente retirarlas las secas. Con unas tijeras bien afiladas y desinfectadas las eliminaremos con un corte limpio y podemos guardarlas para obtener semillas.
Un terreno feo y pobre, una rocalla árida y pedregosa una jardinera en un olvidado balcón, esos son los lugares para que la magia resurja de cualquier rincón.