No hay mucho tiempo y cuando el tiempo escasea me lo invento. He vuelto a fotografiar desde la buhardilla a primeras horas de la mañana.
Observando el cielo cambiante, tomo conciencia de que cada día es un día nuevo , un día diferente al de ayer y diferente al que vendrá mañana. Lo sé , pero necesito verlo.
He vuelto a levantar la cabeza buscando la fuerza que me brinda el amanecer. No tengo tiempo para buscar la belleza en los pequeños detalles del jardín. Los días se precipitan unos sobre otros y aunque resultan cortos las horas son muy largas.