El Jazmín lleva uno días cubriendo las paredes de la tapia. Otra gran cascada de flores perfumadas se desborda por el muro que da a la calle y los paseantes se guían por su perfume. A varias vecinas ya les he cortado tallos con estolones, raicillas a lo largo del tallo que buscan donde agarrarse y así voy repoblando de jazmín mi calle.
Y tanta belleza hasta cansa.
La lluvia de esta noche pasada me ha proporcionado otra visión del fragante y ampuloso Jazmín.
Boca abajo y solitaria
Maltratadas por la lluvia.
Por unos instantes agarrándose.
Al borde
Deslizándose por un engañoso tobogán.
El paisaje no es tal, la tierra se la engullirá.
Abismo.
El sol vuelve a lucir y nadie ve la flor caída
La belleza de lo efímero. La magia del jardín.