Verdaderos estragos en el jardín. Los bulbos de dalias que plante no acaban de salir porque en cuanto asoma una yemita en pocas horas desaparece. Los brotes de las cannas tronchados y debilitados por enormes agujeros.

Las jóvenes matas de judías destrozadas hasta no dejar ni rastro de la plantita. Enormes agujeros en sus pequeñas hojas. El ataque es feroz , caracoles de todo tipo. Para no contaminar la tierra depositamos el veneno en pequeños recipientes . Los caracoles terrestres caen con facilidad.

Pero el problema no se soluciona a pesar de que cada día encontramos un montón de ellos muertos los brotes tiernos siguen desapareciendoEl jardín lo tenemos cercado con sustancias anticaracoles de todo tipo. Encontramos cadáveres con todo tipo de conccchas pero algo sigue destruyendo tallos y brotes . Con las primeras luces del día descubrimos rastros brillantes que se adentran en la tierra.

Decidimos descubrir a los seres que amparados por la oscuridad invaden el jardín cada noche.
Con sigilo y como si de un acecho se tratara nos deslizamos por entre
los senderos del silencioso lugar. Poco a poco escuchamos voces. Al principio son susurros pero según nos vamos acercando nuestro asombro va creciendo . Se oyen risas. Se oyen cantos... ¡¡¡Asturias patriaaaaaaa queridaaaaaa Asturias de mis amoooooreeeeesss!!!

Decenas y decenas de babosas, surgen de todas las esquinas brillantes y resplandecientes bajo la luz de la luna se dirigen y se concentran bajo los tallos más jóvenes . Y allí empieza la fiesta.
Mi jardín es el centro de reunión del lugar . Una orgía ante nuestros ojos. Sabido es que los gasterópodos son hermafroditas y que además se fecundan mutuamente pueden incluso mutar de macho a hembra. Encaban agujeros en los terrenos húmedos y depositan entre cien y trescientos huevos. La descendencia está asegurada.
Son verdaderos supervivientes de la evolución, por su condición se asemejan más a un animal acuático que a uno terrestre. y que a pesar de su aparente fragilidad y desprotección siguen en nuestros tierras hace ya miles de años. Ningún veneno químico parece poder con ellos

"...estamos ante una especie que cuando nace puede tener un peso inicial de 30-35 miligramos, pero al cabo de diez o doce meses alcanzará los 25 gramos e, incluso, estos investigadores han llegado a recoger ejemplares de hasta 70 gramos. «Es decir, ha multiplicado su peso por mil. Eso puesto a escala humana es como si a una mujer le naciera un niño de 3,5 kilos, hermoso, pero que en diez meses se ha puesto con 3,5 toneladas, como si fuera un elefante adulto», ilustra Jesus Mari Txurruka."
Pues bien, estos antiquísimos seres son borrachos empedernidos, hermafroditas pero borrachos. Solo hay una manera de reunirlos y atraparlos
La fotografia muestran lo único que les atrae. LA CERVEZA. Hay quien dice que la cafeína
"...Los limacos y los caracoles detestan la cafeína y ésta podría revelarse como un pesticida no sólo eficaz sino también aceptable para el medio ambiente, según un trabajo publicado en la revista Nature y realizado por el departamento de agricultura norteamericano.
La investigación, encabezada por Robert Hollingsworth, constata que una solución de 1 al 2% de cafeína es suficiente para matar a limacos y caracoles."
Yo lo he probado y con café no he conseguido más que
mantenerlos "despiertos" y un tanto alejados.
Unos cuantos vasos de papel enterrados hasta el borde de manera que este quede a ras de tierra llenos de cerveza de la peor calidad , algunos tapados con tejas por si la noche se presenta lluviosa y la cerveza a pesar de ser mala al menos que no quede aguada y....
A los datos me remito. La primera noche que
convocamos a nuestros bebedores de cerveza . En un solo vasito de papel cayeron 84 cuerpecillos.
Las babosas vestidas con sus mejores galas, bailan alrededor del plato tomando sorbitos de tan magnífico líquido hasta quedar tan embriagadas que borrachas se meten golosas en el recipiente donde perecen ahogadas; es bien conocido que las babosas no saben nadar.
Los brotes de judias , cannas y dalias se están recuperando. Se sigue sirviendo cerveza barata cada noche en mi jardín pero ya son menos los asistentes.