Como todos los febreros algunos de los moradores de este lugar sufren la poda más drástica del año.
La tijera actua sin contemplaciones. Todo queda reducido a lo más elemental y básico para que las cualidades de cada ejemplar vuelvan a brotar con energia y salud dentro de un par de meses como mucho.
Pero algo empieza a despertarse justamente ahora que los poderosos han sido reducidos.
Llevan algunos meses bajo tierra y no anuncian la primavera pero acompañan al viejo invierno que empieza a estar cansado.
