domingo, 12 de abril de 2020

AMAPOLAS DEL ROJO AL NEGRO. UNA PRIMAVERA DIFERENTE

Yo quería que en mi jardín hubieran amapolas porque si en los campos habían, por qué no en un mágico jardín y compraba semillas de amapolas las sembraba y no salían y así durante varios años... y no salían. Dejé de comprar semillas de amapolas y que no salieran era lo de esperar. 


Hasta que hace tres primaveras una plantichuela por aquí y otra por allá. OH, sorpresa!! las amapolas habían decidido venirse a vivir a este lugar.


¿Me pregunto qué es lo que ha sucedido? Sé la respuesta que me voy a dar, aunque tal vez base científica no tenga. ¿Qué fue antes la amapola o la semilla? ... o era un huevo.


 A estas alturas y dado como como un virus nos ha paralizado a aquellos que pensábamos que eso era de otros lugares ya no me apetece hacerme la pregunta de por qué yo sembraba y no salía y ahora que no siembro sale.

Eso sí, siempre he sabido que las amapolas son espíritus libres en la Naturaleza. No permiten que se las corte y sean llevadas a ningún florero, si se ven en ese trance se defienden despojándose de su belleza y perdiendo todo lo que nos llevó a arrancarla de su espacio vital y de su ciclo. Se nos quedan entre las manos inertes como rechazo a nuestra intromisión en su vida.


 Las amapolas visitan este jardín cada primavera y a pesar de que yo vuelvo a intervenir quitándoles su rojo color porque como humana que soy manipulo su aspecto, a ella le da igual porque esto no es natural y ella sí lo és.


Su color rojo intenso su flexibilidad y su aparente fragilidad al ojo humano las hace hermosas y deseables. Desde nuestro encierro solo podemos ahora imaginarlas tiñendo los campos vacíos de humanos y llenos de esas vidas que tan poco respetamos.


4 comentarios:

  1. Gran reflexión, Isabel, y hermosas imágenes llenas de belleza ya sea en rojo como en blanco y negro.
    Me alegra saber ques estás bien ;)
    Muchos besos.

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  2. Muchas gracias Montse.
    Yo también me alegro de verte y además doble alegría porque eso me dice que debes estar bien.
    Besos también te mando.

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  3. Precioso Isabel, me ha encantado. Besos.

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  4. ¡Cuanta belleza encierra una flor tan humilde!

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