Hoy por fin he podido subir a la buhardilla. La imagen la pude captar con la cámara unos pocos días antes de que llegara la primavera y de que yo entrara en quirógrafo.
Ahora convaleciente y sin perder ni un instante aunque con ciertas precauciones he subido a la buhardilla.
Os cuento la imagen de hoy.
El año pasado descubrí haciéndole fotos al Prunus Nigra , Ciruelo borde, esta curiosa formación en el tronco. Para algunos solo con mirar ya tenéis la información completa, pero a este blog llegan variadas y diversas personas y la descripción que a continuación hago es para una persona muy especial que se pasea por este jardín desde sus comienzos y no solo lo ha hecho virtualmente si no que también se ha paseado por él con sus especiales sentidos, muy muy abiertos captando lo que los ojos no ven.
A veces los árboles nos sonríen, nos miran, incluso nos asustan. Establecemos con ellos un lenguaje que solo la imaginación puede interpretar.
El Ciruelo que está a la entrada del jardín cada primavera y con las primeras lluvias limpia su polvorienta corteza, despeja legañas y telarañas y abre un ojo. Un ojo que inspecciona curioso y hasta molesto las florecillas de color rosa que saltan desde cualquier hendidura de su arrugada corteza sin permiso alguno de las hojas que todavía no han llegado al verde porque están enrojecidas y avergonzadas por llegar después de la floración.
El año pasado el ojo del ciruelo me sorprendió, él me había visto antes, en realidad me estaba observando hacía rato y yo tardé en darme cuenta y reaccionar hasta que me cercioré de que me estaba observando. Unos segundos pasaron hasta que mi torpe cerebro pudo mantener su mirada, enseguida nos hicimos amigos gracias a la Dríada que todavía vive en mi y como los buenos amigos que no se ven a menudo pero que saben del otro aunque las miradas tarden en cruzarse nos hemos vuelto encontrar al final del invierno.
El ojo del ciruelo me esperaba y posó para Dríada una vez más.
Ahora convaleciente y sin perder ni un instante aunque con ciertas precauciones he subido a la buhardilla.
Os cuento la imagen de hoy.
El año pasado descubrí haciéndole fotos al Prunus Nigra , Ciruelo borde, esta curiosa formación en el tronco. Para algunos solo con mirar ya tenéis la información completa, pero a este blog llegan variadas y diversas personas y la descripción que a continuación hago es para una persona muy especial que se pasea por este jardín desde sus comienzos y no solo lo ha hecho virtualmente si no que también se ha paseado por él con sus especiales sentidos, muy muy abiertos captando lo que los ojos no ven.
A veces los árboles nos sonríen, nos miran, incluso nos asustan. Establecemos con ellos un lenguaje que solo la imaginación puede interpretar.
El Ciruelo que está a la entrada del jardín cada primavera y con las primeras lluvias limpia su polvorienta corteza, despeja legañas y telarañas y abre un ojo. Un ojo que inspecciona curioso y hasta molesto las florecillas de color rosa que saltan desde cualquier hendidura de su arrugada corteza sin permiso alguno de las hojas que todavía no han llegado al verde porque están enrojecidas y avergonzadas por llegar después de la floración.
El año pasado el ojo del ciruelo me sorprendió, él me había visto antes, en realidad me estaba observando hacía rato y yo tardé en darme cuenta y reaccionar hasta que me cercioré de que me estaba observando. Unos segundos pasaron hasta que mi torpe cerebro pudo mantener su mirada, enseguida nos hicimos amigos gracias a la Dríada que todavía vive en mi y como los buenos amigos que no se ven a menudo pero que saben del otro aunque las miradas tarden en cruzarse nos hemos vuelto encontrar al final del invierno.
El ojo del ciruelo me esperaba y posó para Dríada una vez más.
Hola Isabel, veo que cambiado el loock del blog y que la magia de tu jardín está más viva que nunca.
ResponderEliminarEspero que te estés reponiendo bien de tu operación, descansa y disfruta de esos árboles que tienen puesta su mirada en tí.
Muchos besos.
Que detallado y maravilloso se ve ese ojo, con esas florecillas que parece se inclinan para verle mejor.
ResponderEliminarEs curioso y bonito, otro regalo de la naturaleza.
Gracias Isabel por todas tus fotos, me quedo dando un apseo por tu jardín.
Una buena seman y un abrazo.
Ambar
Buenas noches Montse
ResponderEliminarMe has dado una gran alegría al verte por aquí. Una vez más este espacio me proporciona la terapia que necesito a parte de los cuidados médicos.
Un abrazo
Buenas noches Ámbar
ResponderEliminarVaya! Este despertar de primavera está siendo muy visitado en el jardín . Gracias por tu la visita .
Un abrazo
Hola, Isabel. Al ver la foto me quedé impresionada y luego, al leer tu frase esta "A veces los árboles nos sonríen, nos miran, incluso nos asustan.", te di la razón, ese ojo me ha asustado, jeje. Qué observadora eres. Te felicito por esa sensibilidad.
ResponderEliminarDices que te has operado. ¿Es del pie? Ni me he enterado. Ahora con el nieto no tengo ojos más que para él y me duelen los brazos de tomarlo, pero estoy loquita.
Espero que estés bien, amiga. No me olvido de ti.
Un abrazo grande para ti y para José Luis. Seguro que él te está cuidando y tambié tu hijo. Ya sabes, ¡déjate cuidar!
Conchi
Estas más que disculpada Conchi, faltaría más !!
ResponderEliminarNo puedo imaginar lo precioso que debe ser tener un nieto y aunque duelan los brazos por tenerlo, ese dolor seguro que no importa nada.
Por fin me han operado mucho tiempo esperando, ahora otro tiempo más para ver si ha servido de algo, espero que si.
En unas semanas pondré el blog del jardín al día , puedo dar pasitos por el exterior y como es pequeño me lo recorro pronto, así que tendré una buena ocasión para pasar el rato frente al ordenador . Esta actividad de blog , no es la primera vez que me proporciona la terapia adecuada.
Un abrazo , yo tampoco te olvido.
Muy hermoso comienzo de la primavera es una gran belleza la floración de los árboles y todos se viste de de hermosos colores, feliz primavera a mi me toca el otoño.
ResponderEliminarUn abrazo feliz fin de semana fue un placer pasear por tu blogs.
Bienvenida Gladys al jardín
ResponderEliminarPor lo que leo nos separa el Atlántico. No deja de sorprenderme este medio !
Un abrazo y espero que vuelvas.
Me agrada mucho saber de ti. Las imágenes son preciosas.
ResponderEliminarSigue cuidándote mucho, ahora, tras servicio en la trincheras el cuerpo se suele encontrar en primera línea.