Le ha costado llegar pero se empiezan a escuchar sus tonos.
Flores, solo han llegado hasta aquí unas pocas. Las que por naturaleza están dotadas para resistir la sequía.
Entre la hendiduras de las piedras y al frescor de la umbría, mimetizadas para no ser descubiertas.
Claro que siempre hay quien trepa en las condiciones más adversas y des de el otro lado del muro acecha... Y se prepara para invadir.
Flores, solo han llegado hasta aquí unas pocas. Las que por naturaleza están dotadas para resistir la sequía.
Entre la hendiduras de las piedras y al frescor de la umbría, mimetizadas para no ser descubiertas.
Claro que siempre hay quien trepa en las condiciones más adversas y des de el otro lado del muro acecha... Y se prepara para invadir.
Otras se han dejado caer para morir entre los adoquines ¡ Que vulgaridad !
Menos mal que siempre hay alguien en el jardín capaz de llamar la atención.
Los colores del otoño me gustan mucho Isabel, pero la reducción de las horas de luz y sobre todo el cambio de hora, me deprimen.
ResponderEliminarHoy he comprado pensamientos, espero que resistan.
Bonitas fotos las que pones. La última, de esa flor traspasada por ese captus me hace pensar que hasta en la naturaleza hay plantas que...muestran su poder.
Besos
Hola, Driada.
ResponderEliminarlas fotografías son muy bonitas, siempre estas en el momento oportuno, para hacerte con estas bellezas.
Estoy de acuerdo con Amelia, el colorido de las flores y hojas otoñales me encantan, pero ver los días como van acortando, eso ya no me gusta tanto, aunque el frío no me importa, lo soporto mejor que la calor.
Un abrazo.
Rosa.
Ya somos tres, la reducción de las horas de sol me deprime, menos mal que los ocres del otoño me encantan. Son unas preciosas fotos, no podían ser de otra manera, siempre me llamó la atención ver entre dos piedras de pared o en la acera crecer plantas, son auténticas supervivientes. Antes de irme me siento un rato contemplando tanta belleza, disfrutando de la tranquilidad y sintiendo la paz de este jardin.
ResponderEliminarAbrazos.
Siempre captando buenas instantáneas. No sabes cuánto me acuerdo de ti cuando paseo entre mis plantas.
ResponderEliminarTengo una, por primera vez, que me está alegrando hace semanas por su vistosa flor: la cresta de gallo. Pronto se empezará a poner fea y guardaré semmillas para el próximo año. He disfrutado con su color rojo tan intenso y el verde de sus hojas.
Al leer a Amelia me he acordado de que yo no he sembrado las semillas de pensamientos!!! Ayyyy, lo haré mañana.
En fin, nos pasamos el día cuidándolas y luego llegan ellos, los gusanos, por ejemplo, y se las zampan, como hicieron varios con dos macetas de hierbabuena que teníamos. Todo el verano protegiendolas y en dos días desaparecieron sus hojas.
Te dejo un fuerte abrazo. Sabes que te echaremos de menos en Zaragoza.
Conchi
Eres única para plasmar la vida del jardín, los colores, el final y todo el explendor que domina esa naturaleza tan tuya y que compartes con todos.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Jajajajajajaja! ¡Qué elegantes tus comentarios de las imágenes!
ResponderEliminar(Debe ser un privilegio pasear con Vos y no sólo por ese jardín. La magia está en tu mirada, definitivamente, Querida Driada)
Bienvenido tu Otoño y mi Primavera, Bienvenida la Naturaleza que Vos interpretás de manera maravillosa.
Mi abrazo, guapa!
Felicitémonos mutuamente por la llegada del otoño....a las dos nos gusta mucho.
ResponderEliminarIsabel, he puesto unas fotos en Compartiendo de las crestas de gallo. Pronto se pasarán pero aún están vistosas.
ResponderEliminarTe mando un fuerte abrazo
Conchi